Tiempo compartido en la era del móvil
Durante un encuentro reciente con una familia en Norbera, los progenitores compartían su preocupación porque su hijo apenas dejaba el móvil a lo largo del día. Este uso constante les generaba inquietud, especialmente ante la llegada de las celebraciones de Navidad y el temor a que el dispositivo monopolizara también esos espacios de encuentro familiar.
A raíz de esta conversación, encontré una entrevista a la psicóloga María Capurro que me resultó especialmente clarificadora y que puede ayudarnos, como adultos, a situarnos mejor ante esta realidad. Capurro insiste en que no se trata tanto de demonizar la tecnología como de acompañar y poner límites coherentes, recordando que los niños aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice. También subraya la importancia de recuperar espacios de presencia real, de tolerar el aburrimiento y de ofrecer alternativas de vínculo y juego compartido, especialmente en momentos significativos como las fiestas.
Quizá la Navidad sea una buena oportunidad no solo para regular el uso del móvil, sino para revisar nuestros propios hábitos, reforzar el tiempo en común y devolver valor a lo que ocurre cuando estamos verdaderamente disponibles los unos para los otros.


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