Bases metodológicas

La acción educativa debe orientar sus objetivos en la ayuda y el acompañamiento de los/as adolescentes para que aprendan a guiarse libre y razonablemente por una escala de valores con la mediación de la conciencia como norma máxima de su comportamiento. Pensamos que la participación positiva, respetuosa y responsable en el diálogo y en la negociación de conflictos, supone un medio fundamental para el desarrollo de una identidad positiva de el/la adolescente.

Implica también que deberá ir haciendo el difícil aprendizaje de la renuncia. El/la adolescente actual tiende a menudo a socializarse pensando que no existe más sufrimiento que el suyo, ese que es propio de la iniciación a la vida y que proviene de su aburrimiento, de su comparación con lo que otros/as son o tienen, del concepto que otros/as tengan de él/ella, de las valoraciones del éxito o fracaso, de la falta de alicientes y de los contratiempos que en la vida se va encontrando.

Muchas veces los/as adultos/as intentamos evitarles esta experiencia de sufrimiento que es inherente a la vida misma, ayudándoles a cerrar los ojos a otras realidades, a ese sufrimiento evitable e inevitable que acompaña a muchas vidas humanas. Toda educación queramos o no se da en referencia a unos valores. El Programa debe estar comprometido en la transmisión de valores. El acompañamiento desde el respeto y la confianza pretende ayudar a los/as adolescentes a resolver positivamente sus conflictos y a desarrollar su propia identidad.